top of page

Un año perdido...

  • Foto del escritor: Billy Valiente
    Billy Valiente
  • 7 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

Si usted es estudiante de bachillerato o padre de familia, quiero recomendarle que no se ponga a la defensiva, no es al estudiante al que se cuestionará en el presente artículo de opinión, es al sistema que ya estaba mal mucho antes del COVID-19.




La educación en El Salvador lleva años en agonia, desde antes del conflicto armado con la represión militar, la educación era vista como un lujo por nuestros abuelos quienes vivieron en esa época y quienes en su mayoría no pudieron acceder a ella o la dejaron incompleta.


La tasa de analfabetismo en la tercera edad es un reflejo de lo inaccesible que era la educación de la epoca, que solo vino a empeorar durante un conflicto armado en donde los docentes se vieron perseguidos porque eran vistos como precursores del comunismo, ante el militar la educación representaba saber cosas que no tenías que saber, lo que significó sentencia mortal para muchos.


Con la firma de los acuerdos de paz, cualquiera creería que la educación mejoraría, que la guerra serviría para dar un nuevo enfoque de realidad a las nuevas generaciones y que sería accesible para todos, más equivocados no podíamos estar


Un Ministerio de educación controlado por la derecha reinó de 1992 hasta el 2008, en cuyos libros siempre eran recomendados editoriales que hablaban de Cristiani el presidente de la paz, de lo glorioso que es nuestro ejército y de cómo nuestros antepasados indígenas eran incivilizados que gracias a los Españoles dejaron de ser salvajes, solo por mencionar ejemplos de temas vistos en estudios sociales por este servidor.


Del 2009 al 2019 tuvimos una década en la que se prometió la gratuidad de la educación con el FMLN, la posibilidad de darle alimento, útiles escolares y uniformes desde pequeños para que no faltaran a la escuela, pero olvidaron cosas fundamentales, como la delincuencia, el desempleo de los padres, la pobreza, el machismo cultural, la falta de oportunidades que desmotiva a cualquiera porque no hay trabajo aunque se estudie y lo más importante de todo:


No reformaron los planes de estudio como se necesitaba y peor aún, no capacitaron al personal docente de la tercera edad que vivió el conflicto armado y se ha quedado fuera de la era digital.


Si el estudiante es autodidacta por naturaleza en El Salvador, ahora imagínese al docente que jamás ha sido diestro para la tecnología actualizándose por sí solo.


Con la llegada de un nuevo gobierno y de la pandemia mundial del COVID-19, El Salvador se ha visto desnudo ante una realidad que nadie había tenido que enfrentar, la desigualdad social y el abismo tecnológico que existe entre el estudiante con comodidades y los estudiantes campesinos, marginados y en extrema pobreza.


Este año debería haber sido declarado nulo en educacion, porque las consecuencias que veremos serán desastrosas en un par de años.


Habrán quienes se opongan porque tuvieron la facilidad de estudiar cómodamente en casa, pero piense por un momento en los 48,832 estudiantes que a septiembre de este año han dejado la escuela por no tener recursos, 4 veces más que en el 2018 en donde la deserción estuvo marcada por la delincuencia e inseguridad.


Piense por un momento en la calidad de bachilleres que saldrán este año al mundo laboral (porque menos del 10% de los graduados logra entrar en una universidad)


Los que terminaron bien el año virtual no tienen competencia contra los universitarios, ahora piense en los que no lo terminaron y no estarán el otro año porque las clases siempre comenzarán virtual.




Piense en aquel que dependía de la comida de la escuela para tener algo en su estómago en todo el día porque proviene de una de las miles de familias que según FUSADES sobrevive con $1.50 al día.


Ahora piense en los que si tuvieron un año exitoso, al ver que ni un cuarto del total pudieron ingresar a la UES en el examen de admisión en primera opción, suponiendo que por falta de recursos era su única opción de estudiar en una universidad.


Habrá un porcentaje significativo que no tiene que preocuparse por nada de lo que se ha escrito, que por Ellos podría seguir virtual todo, que la prueba avanzo y la flexibilidad que el gobierno anunció que tendría le ha favorecido, esperando el día de mañana no le perjudique cuando se compare con los demás que van un año adelante en términos de competencia laboral.


Este año desigualdad ha marcado una diferencia en la generación 2020, y eso que aquí no se ha abordado la situación de la educación superior, solo la básica y media, una diferencia que en unos años será más evidente entre 3 grupos de personas, los que hicieron PAES y fueron 100% presenciales, los que hicieron prueba avanzo y lograron aprender algo de forma virtual y los que se quedaron fuera por no tener recursos, todos compitiendo por las escasas oportunidades en esta tierra.








Comments


Publicar: Blog2_Post

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

+503 7883 6742

©2020 por Letras Valientes. Creada con Wix.com

bottom of page